Se llama cuesta de enero y el principal afectado es nuestro bolsillo, sin embargo, después de Navidad, es posible que el único alicaído no sea nuestro monedero: el bajón post navideño es bastante frecuente.
La Navidad, esa fecha del año esperada por unos, temida por otros y acusada por la mayoría. Hay gente que siente un alivio enorme cuando las navidades llegan a su fin, sin embargo, para otros, el fin de estas fiestas supone una gran tristeza y apatía.
Los motivos por los que nos podemos sentir deprimidos después de las fiestas navideñas son varios, pero los más frecuentes son la vuelta a la rutina y a las obligaciones (sobre todo cuando se ha disfrutado de unos cuantos días de vacaciones), y la separación de familiares y amigos. La Navidad es el momento del año en que mucha gente que vive fuera, distanciada y lejos, aprovecha para reunirse y pasar tiempo juntos, volver después a la lejanía no es fácil y se hace duro.
Los kilos de más, los problemas económicos y hacer un balance negativo de lo que se ha conseguido y lo que no durante el año que dejamos atrás, son otros de los desencadenantes de la depresión post Navidad. Como en prácticamente todo, está en nuestra mano darle la vuelta a la situación y animarnos.
Establecer nuevas metas, pasar los objetivos que no hemos logrado a nuestra lista de tareas pendientes para este año, buscar cosas que nos motiven, pensar en los buenos momentos que hemos pasado con la gente a la que ahora echamos de menos y buscar opciones para poder vernos antes de la próxima Navidad, si es posible, hacer ejercicio… superar el bajón navideño es fácil y es una cuestión de actitud.
La
semana o semanas posteriores a Navidad suelen hacerse duras. Volver a
madrugar, de nuevo a la rutina, cambio de horarios, falta de tiempo… son
varios los factores que hacen que la post Navidad se nos atragante.
Además,
los excesos pasan factura, aunque no queramos aceptarlo: el cuerpo está
saturado de comilonas, alimentos pesados y calóricos. Es frecuente que
durante la Navidad hagamos más salidas o quedadas con amigos, compañeros
de trabajo, etc. por lo que el cansancio también se va acumulando.
Nuestro
ánimo también es uno de los directamente afectados en la post Navidad,
ya que durante las fiestas hemos tenido más tiempo para nosotros, hemos
visto a gente a la que echamos de menos, nos hemos acostumbrado a unos
horarios diferentes y a tener más tiempo para nosotras mismas. Por todo
esto, es habitual que, a la vuelta, nos sintamos decaídos y apáticos.
Todo
lo anterior es frecuente y totalmente normal que pase, sin embargo,
está en nuestra mano cambiarlo y que esa sensación dure lo menos
posible.
¿Mala cara y ojeras? Un peeling, una buena crema hidratante y otros remedios que te podamos recomendar pueden cambiarlo, solo necesitas
dedicarte un poco de tiempo.
¿El
problema es que te sientes agotada? Un buen masaje y estarás como nueva!
No te agobies, TOD@S hemos pasado por lo mismo y en M de mimar estamos para ayudarte a arrancar Enero con fuerza!
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