Calambres musculares, ¿qué son?
Los espasmos musculares son contracciones breves e involuntarias de un músculo. Esta contracción produce una rigidez en el músculo, provocando su inmovilización por unos segundos. La consecuencia es un dolor repentino, intenso en algunos casos, y siempre desagradable.
La duración del calambre es de un minuto o dos aproximadamente, aunque el dolor puede tardar en desaparecer unos segundos más, hasta que el músculo se relaje.
Se pueden dar en cualquier parte del cuerpo, pero lo más normal es que aparezcan en los músculos de las manos, pies y sobre todo piernas.
Los espasmos musculares pueden ocurrir en cualquier momento del día, incluso por la noche mientras dormimos –en el apartado “Causas de los espasmos musculares” se explica más detalladamente-, y le puede suceder a cualquier persona, aunque existen dos núcleos de población más propensos a padecerlos: los atletas, ya que se someten a prolongados entrenamientos, y las personas mayores, debido a la atrofia muscular (debilitamiento progresivo de los músculos).
El sufrir espasmos musculares es algo que sufrimos casi todos en algún momento de nuestra vida, y no debemos darle mucha importancia, aunque podemos aprender remedios para cuando nos suceda, y podemos intentar prevenirlos. Pero si los espasmos son regulares o si producen un dolor muy intenso, es conveniente acudir a un médico o especialista para que nos revise y nos aconseje qué hacer.
Causas de los calambres musculares
Las causas de los espasmos musculares pueden ser múltiples: puede deberse a que el músculo está lesionado o sobrecargado, o a una falta de minerales y vitaminas.
La carencia de líquidos es otra de las causas, y es muy común debido a los entrenamientos que realizamos, durante los cuales no ingerimos la cantidad suficiente de líquidos, produciéndose una deshidratación en nuestro cuerpo.
El realizar algún movimiento inusual o intenso también puede provocarnos un calambre. Como contraposición, también el sedentarismo provoca calambres: el estar mucho rato en una misma postura, sin movernos.
Dependiendo de la zona del cuerpo donde suframos el calambre, existen causas más probables de por qué aparecen. Por ejemplo, los calambres en el cuello suelen ser una manifestación de estrés. Los calambres en la parte superior de las piernas aparecen normalmente cuando realizamos actividades como correr y saltar. Y los calambres en las pantorrillas, muy comunes mientras dormimos, suelen darse cuando hacemos natación.
Prevención de los calambres musculares
Podemos prevenir los espasmos musculares de forma fácil, siguiendo estas pautas:
- Realizar ejercicio físico de intensidad suave a diario. Por ejemplo, caminar durante media hora, para que los músculos no estén rígidos.
- Realizar estiramientos para mejorar la flexibilidad y evitar la rigidez.
- Beber mucho líquido durante la realización del ejercicio físico.
- Mantener una dieta equilibrada, rica en minerales y vitaminas: verduras y frutas naturales.
- Adoptar posturas relajadas y confortables en la cama para dormir.
Remedios ante la aparición de un calambre
Cuando aparezca un calambre, por ejemplo, mientras estamos dormidos, podemos remediarlos e intentar suavizar el dolor siguiendo estos consejos:
- Mantener la zona en reposo, sin exponerla a más movimientos, y esperar pacientemente sin ponerse nervioso.
- Masajear suavemente en dirección contraria al curso del dolor, para lograr la relajación del músculo.
- Aplicar calor a la zona dolorida.
- Colocar una venda alrededor de la zona del calambre para reducir el dolor. No apretarla demasiado para que no se produzca hinchazón.
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